Desde
ESMÁTER os traemos la exclusiva: José Ignacio Becerril Polo va a
estrenar nueva antología. El título será “El hombre imaginado”,
y lo hará a través de “Draco Ediciones”. Para la ocasión,
hemos hecho una extensa reseña de su último éxito, “El Monstruo
en Mí”, y hemos hecho una entrevista al mismo José Ignacio.
Antes
de nada, vamos con la sinopsis:
“Dentro
de nosotros hay un monstruo que se oculta, que acecha, que teje
retorcidas elucubraciones para justificar sus más bajos instintos.
Que cuenta cuentos macabros y se ríe como una vieja. José Ignacio
Becerril Polo quiere mostrarte al monstruo que hay en él. Sin
subterfugios. Sin disfraces. En toda su crudeza.
¿Te
atreverás a mirarle sin apartar la vista?”
Pero
el lector de esta página querrá algo más, ¿verdad? Bueno,
tendremos que complacerle.
Cuando
uno se enfrenta a El Monstruo en Mí no sabe muy bien qué va a
encontrarse. La portada, que de sobria llega a elegantísima, nos
habla mucho más de lo que en un primer instante podría uno pensar.
El
Minotauro nos invita a tomarnos una copa con él, como un viejo
amigo, y contarnos cosas que sólo a un amigo se pueden contar.
Y
no defrauda. Nachob nos abre su corazón en una serie de relatos de
Terror puro, de horror inmenso, de una familiaridad mágica. Muy
mágica. Porque el estilo de Nachob es cercano, pero no escatima en
descripciones. Es atmosférico y a la vez muy humano.
Pero
reseñar una antología sin contar nada de los relatos sería flaco
favor. Porque cada relato tiene algo distinto, una magia especial. Es
un universo propio y pequeño en el que perderse.
LA
CIUDAD INHABITADA
Cuatro
escenas aparentemente inconexas demuestran ser parte de un mismo
cuadro observado a través de un prisma de extrañeza. Poco a poco,
el horror va impregnando hasta el ambiente más bucólico, dando
lugar a la pesadilla y la desesperanza con una maestría que produce
escalofríos. La magia de este relato es la capacidad para romper una
misma historia en cuatro y luego volverlas a coser con hilos fuertes.
De
esas historias en las que se te encoge el corazón, por muy
petrificado que lo tengas.
DE
SUEÑOS Y MONSTRUOS
Esta
pequeña historia en dos tiempos, llena de una tristeza desgarradora
y de unos personajes con un carisma impresionante, entierra sus
raíces en el mundo real con toda su crudeza. El lenguaje escogido
parece hecho para martillear la conciencia del lector. Y lo
consigue.
TODO
ESTÁ HECHO
Es
frecuente, desgraciadamente, que el autor se ponga intelectualmente
por encima de sus lectores confundiéndolos de forma perniciosa. Lo
único que se consigue con eso es que el lector se sienta insultado y
odie al autor. Pero Nachob no incurre en ese error ni mucho menos.
Todo lo contrario, si confunde al lector es simplemente para
intensificar la experiencia, dar un nuevo gusto, una nueva tonalidad,
a un color no desconocido, ni mucho menos.
Las descripciones de
este autor aquí cobran una importancia absoluta, perfilando todo
cuanto acontece en esta historia de un modo tan plástico que si
cerrásemos los ojos posiblemente veríamos algunas de las escenas
flotando delante nuestra. Y entonces los abriríamos sin remedio,
pues no son escenas que sean agradables de ver.
TUMBAS
EN LA CIUDAD
Esta
fábula urbana, con moraleja incluida, amalgama con gran maestría el
mundo interior y el exterior del personaje principal. Encierra en sus
pocas páginas una gran filosofía que mira al ombligo propio para
ver en él reflejado el rostro de una sociedad decadente como es la
nuestra.
Su inicio es la mejor forma de iniciar la escalada
emocional que nos propone Nachob. Es una escalada ardua, llena de sin
sabores y en cuyo cúlmen sólo vamos a encontrar el amargo sabor de
la realidad. Pero precisamente por eso mismo merece ser
escalada.
CASA
OCUPADA
He
dicho en más de un sitio que este es mi relato favorito de la
antología... y uno de los relatos que más me han gustado de todos
los tiempos. ¿Cómo puede una historia mezclar el terror romántico
del siglo XIX, el horror más visceral del cine de horror de los
últimos años y la desesperación primigenia de Lovecraft, que
funcione y que además sea un alegato de delicadeza y emoción?
Siendo Nachob, claro.
NO
HABRÁ DESCANSO EN LA MUERTE
El
relato corto se presta a pequeños anecdotarios que tienen como única
finalidad llevar al espectador en un viaje estremecedor hasta el
ansiado punto final que redondea la cocción de lo que había sido la
historia.
Y "No habrá descanso en la muerte" está
incluido en esa serie de historias.
El hedor dulzón a voodoo es
tentador desde la primera frase, que en sí evoca tanto que nos
introduce de golpe y porrazo en la ambientación de la historia. As
la historia sucede ante nuestros ojos tan impregnada por esos versos
ominosos de una forma indefectible, que el autor es libre de
desarrollarla sabiendo que la imaginación del lector añadirá el
atrezzo
necesario.
OCHO
ESFERAS PLATEADAS
La
fobia, el phobos absoluto, lo atávico que en nuestro interior anida
sin poderlo nosotros evitar. En ese lugar repulsivo y desgarrador que
cada uno guarda en su psique es donde el Terror, el verdadero Terror,
subyace retándonos a que busquemos esa fuerza, que nos enfrentemos a
aquello que nos repugna, nos asquea, nos llena de escalofríos y
pesadillas.
Sólo si somos capaces de enfrentarnos a nuestros
propios miedos, a nuestras propias pesadillas y hacernos uno con
ellas, uno con eso que es tan parte de nosotros que nos repele
magníficamente; sólo si somos capaces de ser uno con nuestra fobia,
en definitiva, podemos llegar a alcanzar esa grandeza de donde nacen
las pesadillas más monstruosas.
Y Nachob no es que salga del
aprieto vivo para contarlo. No. Nachob se introduce en las entrañas
más repulsivas de su propia fobia y emerge vestido e investido en
ella, tan poderoso en el interior de su propio miedo como para
provocar el mayor de los miedos a su alrededor.
Posiblemente el
segundo mejor relato de la antología. O el tercero...
NI
EL INFIERNO QUERRÁ TU
ALMA
Después
de todo eso, va Nachob y se tira por la novela negra. Un relato
corto, intenso, en el que la emoción de unos personajes más que
humanos invaden al lector, se derraman de cada palabra y acaban
retorciendo el alma ante un conflicto de proporciones olímpicas. Y
sin embargo a un nivel tan terrenal que asusta.
EL
HOMBRE QUE SOÑABA
CON MARIPOSAS
Un
relato curiosísimo, una forma impresionante de terminar esta
antología. Lleva al lector por caminos oscuros y quitinosos, propios
de un Barker o de un Giger, y termina con un sobrecogimiento de tal
magnitud que uno no puede evitar sonreír. De mis favoritos del
libro, y el mejor para terminarlo.
Nachob,
y Saco de Huesos, nos han regalado una antología que se define y a
su vez define el cacareado género fosco. No va a encontrarse el
lector de terror del todo a gusto entre estas páginas si no es capaz
de abrir su mente.
Porque de eso se trata el fosco. De abrir
caminos no explorados. De usar la oscuridad como guía, en lugar de
la luz, para encontrar lo mismo que con ésta pero desde otra
perspectiva.
Amor, odio, rencor, venganza. ¿Acaso no están echas
las pesadillas de la misma sustancia que los sueños?
Si alguien
lo duda lo más mínimo, le recomiendo que lea este Monstruo de la
literatura corta, que no va a quedar defraudado.
Pero,
tras toda esta parrafada, el lector se preguntará ¿quién es José
Ignacio Becerril Polo (Nachob)? Esto dicen de él:
Zaragoza,
1966. Padre de familia feliz y escritor aficionado muy aficionado a
escribir, lleva desde el 2006 publicando y compartiendo sus cuentos e
historias en diversas páginas de Internet con mayor o menor fortuna.
Ha tratado de participar también en el mayor número de certámenes,
antologías y publicaciones que ha podido, con relativo éxito. En
todo caso no se puede quejar porque el viaje ha sido divertido y ha
conocido muy buena gente.
También como resultado de su primer año
de literato se auto regaló un recopilatorio de relatos titulado Un
Año De Palabras, que a juicio de sus selectos lectores tiene casi
tantos aciertos como ausencias de tildes.
Pero
en ESMATER no nos conformamos con eso. Así que hemos ido a buscar a
Nachob y le hemos hecho una entrevista, intentando, quizás,
encontrar el Monstruo en él.
1.
Bueno, no sé si lo sabes pero El Monstruo en Mí está siendo la
antología de moda de este año, y cada vez en más sitios suena el
nombre de Nachob. Pero ¿Quién se oculta tras ese nombre de guerra?
¿Quién es el alter ego del Monstruo, José Ignacio Becerril Polo?
José
Ignacio Becerril es la identidad secreta de Nachob. Parece un hombre
de lo más normal, casado, dos hijos (guapísimos, por cierto),
funcionario (sin gafas, que se operó), maño residente en Madrid.
Vamos, que no se puede ser más normal.
Pero tiene desde pequeñito
un poder secreto, lo que él llama misteriosamente y haciéndose el
importante "el ensoñamiento". En cualquier momento y lugar
puede quedarse totalmente imbuido dentro de su mente imaginando
historias de todo tipo y viajando a mundos extraordinarios y
fantásticos. Su mujer y sus amigos, cuando le ven en ese estado, con
la mirada perdida y totalmente ajeno a cuanto sucede a su alrededor,
que "se está haciendo un viaje" (literal).
Este
superpoder, unido a una cierta capacidad narradora, o más bien
contadora, porque lo que le gusta es contar historias, verbalmente o
por escrito (y porque no sabe dibujar, escribir música y no le dejan
hacer películas), hace que surjan de él relatos y cuentos que
necesita compartir.
2.
El Monstruo en Mí es tu último retoño, pero no el primero.
Háblanos un poco de tus otros hijos.
Pues
esta pregunta viene que ni pintada precisamente por algo que revelaré
al final.
Yo empecé a escribir en julio del 2006, en un momento
en que las circunstancias fueron propicias para ello (suelo
explicarlo diciendo que se me junto el ocio material, intelectual y
emocional adecuado para hacerlo).
Gracias a curiosear en la red
fue donde descubrí la existencia de lugares donde reunirme y
compartir mis inquietudes literarias con almas afines. Me decidí por
una página, Ociojoven, que me dio buenas vibraciones, y mandé mi
primer relato: "Se le oía cantar".
Tuvo muy buena
aceptación (a pesar que el viejo pirata que administraba el lugar
tuvo que echarme una mano desinteresada para corregir mis múltiples
errores de principiante), y eso me animó a continuar.
Fue una
autentica revelación. Durante el año siguiente no paré de
escribir, compartir, hablar, leer y en definitiva "hacer
comunidad" con la maravillosa gente que me encontré allí. Uno,
con el tiempo, se da cuenta que vivió un momento mágico, uno de
esas épocas en que todo parece encajar, como Camelot.
Tan
contento quedé que decidí juntar todo lo que escribí en ese primer
año, y publicarlo por mi cuenta y riesgo, aprovechando ese mercado
de autoedición tan pujante en aquella época. Mimé todo lo que supe
la edición, incluyendo maravillosas ilustraciones, y de ahí surgió
"Un año de palabras", mi primer recopilatorio.
Lo
regalé a amigos y conocidos, y, en general, a todo quien lo quiso a
cambio de una reseña o un comentario. A mi nivel, me interesaba más
la interacción con los lectores que cualquier otra cosa (no
cantidad, sino calidad, solía decir).
La verdad es que tuvo unas
críticas buenísimas, incluso de páginas especializadas que
aceptaron leerlo, y a las que se lo agradecí profundamente.
Quedó
como una experiencia maravillosa, aunque algo frustrante. Luego
comentaré si quieres porqué.
3.
No hace falta que sea luego, coméntalo ahora.
El
libro autoeditado tuvo una tirada de unos 150 ejemplares y los di
casi todos. Era bastante grande, con ilustraciones a color y todo, y
yo estaba muy contento con él.
Pero luego comprendí que por
mucho que hiciera estaba muy limitado a la hora de hacerlo llegar a
la gente. Igualmente, sus buenas criticas (mejores en muchos casos a
libros más conocidos) vencieron mi reticencia inicial a llevarlo al
circuito "profesional" y que sirviera a su vez para darme a
conocer y motivarme a continuar.
Me sentí un poco mal padre de
mis relatos, porque no les había dado alas suficientes para hacerles
volar más alto. Tal vez pequé de humilde o poco ambicioso, que casi
es peor, y siempre me ha quedado la espinita clavada.
Espinita
que en breve voy a poderme sacar.
4.
Casi toda tu producción es relato corto, ¿eres un hombre de
distancias cortas también cuando lees, o prefieres leer novela?
Fui
un lector voraz durante mi niñez, adolescencia y juventud. Después,
cuando comencé a trabajar, mi ritmo de lectura bajo muchísimo hasta
que por circunstancias de la vida me vi de nuevo con algo de ocio
para retomar mi afición.
Los relatos siempre me habían gustado
mucho, pero leía de todo. Ha sido precisamente a raíz de empezar a
escribir cuando realmente he empezado a centrarme en leer relatos, y
ahora me cuesta más que mucho leer una novela. No acaba de
engancharme, apenas aguanto alguna unas cuantas páginas. Lo he
intentado varias veces, sobre todo con novelas de compañeros, pero
ya no me hago con el ritmo de una novela. Siempre pienso que se
podría haber escrito en menos extensión, se me alargan demasiado.
Para mí la concisión es una virtud, es la capacidad de dar más por
menos. Eso sí, aquí la virtud es saber hacerlo, porque lo principal
es contar la historia de modo que el lector se meta en ella. Le
atrape. Si no estas leyendo la lista de la compra. Cortita, eso sí,
pero insustancial.
5.
Pregunta casi obligada entonces: ¿Ves futuro al relato corto en
nuestro país?
El
relato corto siempre tendrá futuro, porque es una expresión
artística que tiene su espacio (su nicho de mercado que dicen,
aunque claro, con esta expresión parece que lo estamos matando).
Nunca será tan grande como la novela, pero siempre estará allí.
Hay historias que no pueden ser contadas en novela, igual que hay
momentos en que apetece más algo de picar que un cocido.
También
hay que tener en cuenta que los relatos son muchas veces el primer
paso en la formación o evolución de un escritor, así que también
en ese sentido su existencia esta garantizada.
Otra cosa es su
salida al mercado. Pero yo suelo poner un símil en tal sentido:
prefiero jugar un partido de fútbol con los amigos (que tampoco,
pero me vale como ejemplo) en un descampado, que ver un partido de
fútbol junto con cien mil personas más en un estadio. Lo veo más
deporte, que queréis que os diga. Así que me conformo y lo disfruto
más sin necesidad de tanta farándula, espectáculo y bulerías
6.
En relación con lo anterior, has participado en iniciativas con
otros autores, como por ejemplo No Tocar ¿qué tal fue esa
experiencia?
Como
bien dices este tema se conecta con el anterior. Todo escritor
quiere, ante todo, ser leído. Que sus obras sean leídas. En el caso
de los relatos, las salidas de los mismos hacia esos posibles
lectores se ha situado en los últimos tiempos en varios frentes:
blogs y páginas literarias, hoy algo en capa caída (en Ociojoven,
hace años, se publicaban relatos que llegaban a tener decenas de
comentarios), foros colectivos (que además sirven de lugar de
aprendizaje y comunicación emocional), y, tal vez como siguiente
etapa, los certámenes y las antologías compartidas. Es muy curiosa
la eclosión que han tenido estas últimas en estos últimos tiempos,
más allá de las revistas especializadas que en España sobreviven
lo que la ilusión y el cansancio permiten a sus entusiastas
impulsores.
Probablemente el fenómeno tiene mucho que ver con la
facilidad que la informática nos da actualmente para maquetar y
publicar decentemente un libro, las posibilidades de su distribución
a través de la red, así como a la propia existencia de esas "redes"
de escritores más o menos aficionados que se juntan en internet y
que suman esfuerzos y talentos.
Tal vez el ejemplo más
paradigmático se produjo cuando tras el fallo de un certamen del
"Domingo Santos" un grupo de esos escritores que no habían
tenido suerte en él se juntaron para sacar "Maldito Lunes",
germen creo que de los “Perversiones”.
Por mi parte entiendo
que es una manera de dar salida a tanta buena creación y a tanta
inquietud que existe, limitando los riesgos editoriales, dado que
parece que al ser una selección hay mayor calidad, y por otro lado
hay también un mayor número de posibles promotores del libro (en
nuestro círculo el autor ha asumido en gran medida la parte
promocional de sus obras). Pero, por otro lado, tiene el peligro de
responder más a la querencia de los autores a publicar que del
posible público a leer. Es decir, puede cubrir más la necesidad que
tenemos de publicar, que obedecer a las leyes de la oferta y la
demanda de un mercado sobresaturado.
Me encanta publicar con
otros autores y sobre todo leerlos, pero me apena ver que en muchos
casos nos hacemos la ilusión de ser publicados cuando en realidad
nuestro acceso al lector es casi autoreferencial. Vamos, que somos
nosotros mismos.
Pero ese es un problema del tamaño de la charca
donde nos movemos, donde somos casi tantos autores como lectores.
Mientras consideremos esto como una afición y asumamos la realidad
existente, no correrá riesgo nuestra autoestima y pasaremos buenos
ratos, pero lamentablemente es otro nicho que actualmente se está
saturando y corre el riesgo de cansar a los posibles "pescadores".
7.
Cambiamos un poco de tercio. El Monstruo en Mí, ¿hay un Monstruo en
ti?
Claro
que sí, y en los dos sentidos en los que podríamos definir esa
palabra.
Si por monstruo entendemos lo diferente y extraño que
por esa condición nos asusta, esta claro que no nos conocemos bien a
nosotros mismos, y esa es una de las principales fuentes de nuestros
problemas y conflictos internos y, por extensión, externos.
Si
entendemos por monstruo lo malvado e inicuo, pues también hay parte
de eso, que duda cabe. Aunque mi concepto en tal sentido no es tan
exagerado. Creo que hay muy pocas personas malas, muy pocas, en el
sentido más estricto del termino. Nuestros pecados son más
"capitales": somos egoístas, perezosos, soberbios,
ansiosos, envidiosos, iracundos (no soportamos la más mínima
frustración), interesados, etc. Y, lo peor de todo, tan tontos que
no calculamos los efectos de lo que hacemos y muchas veces nos
dejamos llevar por nuestras pequeñas miserias y rompemos cosas que
no tienen respuesto.
Sí, hay un monstruo en mí. Y me da miedo,
que duda cabe, porque puede destrozar mi vida y la de la gente que
quiero.
8.
Es obligado entonces preguntar lo siguiente. A mí ya me lo contaste
en su día, pero a los lectores les interesaría saber, ¿qué es el
Terror para ti?
Suelo
a veces hablar, de modo muy genérico, de la diferencia entre el
terror lúdico y el terror de verdad.
El primero puede ser más o
menos verosímil o estar más o menos alejado de la realidad, pero su
intención y motivación no es hacernos pasar un mal rato, sino de
activar en nuestro cerebro unas áreas de sorpresa, alerta o
conocimiento que se traduzcan en una experiencia agradable o al menos
positiva. Disfrutamos con ello, aunque a veces nos pueda dar un
poquito de mal rollo o hacer sudar un poquito. Pero, al final, el
resultado es satisfactorio (si no no lo
leeríamos/veríamos/realizaríamos).
El terror de verdad nos
rodea continuamente y huimos de él, porque es insoportable. Desde
que soy padre he comprendido que miedo, miedo, no lo había sentido
hasta ese momento.
Es la diferencia entre subirte a una montaña
rusa o caer cuesta abajo dando vueltas con un coche. Giramos, pero no
es lo mismo.
Por eso muchas veces, y más últimamente, me gusta
distanciarme de la realidad lo suficiente como para poder disfrutar.
Dejar que la fantasía nos salve.
En cuanto a qué nos da miedo,
creo que lo tengo claro: perder. Lo poco o mucho que tenemos. No ya
la vida, o la salud. Incluso el cariño de los que amamos, o nuestros
pequeños lujos. Por eso no nos gustan los cambios, queremos que todo
sea previsible, seguro, estable. Y menos cuanto mayores nos hacemos.
Porque nos acostumbramos a perder con la edad, pero también nos da
más miedo hacerlo.
Entrar en una habitación y que haya algo que
distinto, algo que no esperamos y que cambia nuestro mundo nos
aterraría. Imagina que te giras ahora mismo en el lugar donde estés
leyendo esto y te encuentras allí a una persona de pie mirándote.
No hace falta que sea un monstruo o un extraterrestre. Simplemente
alguien que no debería estar ah Mirándote. Aterrador. No te gires
(a ver si se va).
9.
¿Conocías ESMATER?
Conozco
a personas que están trabajando y poniendo la carne en el asador por
ese proyecto, y les deseo muchísima suerte. Con los años he
aprendido a creer más en las personas que en las ideas (será el
Alzheimer).
10.
¿Algún autor español que te gustaría destacar?
No
me hagas esta pregunta porque la verdad es que estoy totalmente
desconectado. Además no soy de autores, sino de obras. Podría
recomendar alguna obra en concreto, pero me costaría incluso
recordar al autor. Soy lector de relatos, y eso hace que consuma y
deseche muy rápido, más de lo que mi memoria es capaz de
asumir.
Además suelo ser muy sincero y voy a sacar un libro, no
quiero enemistarme con nadie XD.
11.
Vale, vale, algo menos comprometido: consejos para futuros
escritores, que eso siempre queda molón en una entrevista.
El
mejor consejo es que busquéis en internet los de alguien mucho mejor
que yo, un escritor de raza (es otra distinción que suelo hacer: hay
escritores de circunstancias y escritores de raza. Los primeros
escriben, y puede que no lo hagan mal, pero necesitan que se den unas
condiciones favorables -véase yo-. Luego están los escritores de
raza. Esos no puede evitar escribir, pase lo que pase o estén como
estén): Oscar Wilde. Es uno de los que mejor ha expresado lo que es
eso de escribir. Un ejemplo más que importante: No existen más que
dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo".
12.
Otro clásico de las entrevistas serían tus proyectos futuros, así
que, ¿puedes contarnos algo más de esa espinita?.
Claro.
La editorial Draco Ediciones va a publicar en breve un nuevo
recopilatorio de relatos mío, titulado "El hombre imaginado".
En
él se recogen la mayoría de los cuentos de "Un año de
palabras", que tan buenas críticas consiguieron, más tres
relatos de los que me siento especialmente orgulloso y que más
reconocimientos han obtenido. Esta dividido en tres partes dedicadas
al terror, la fantasía épica y a la ciencia ficción, y que creo
que son un complemento perfecto para EMEM. Juntos son lo mejor que ha
dado de sí ese sueño que una vez fue llamado Nachob.
13.
Seguiremos con mucho interés “El hombre imaginado”. Ha sido un
placer, como siempre, compartir tu tiempo y tus palabras. ¡Harías
quedar bien a cualquier entrevistador! ¿Unas últimas palabras para
despedirte de nosotros?
Muchas
gracias a vosotros por darme una oportunidad para poder compartir
sueños e ilusiones y acercarme un poco a mis posibles lectores.
Así
que ya sabéis, amigos de ESMATER. Si aún no tenéis “El Monstruo
en Mí” en vuestra biblioteca, mucho estáis tardando. Y no perdáis
de vista “El Hombre Imaginado”, que promete.
Juan José Hidalgo Díaz / Vlad_Temper